jueves, 28 de marzo de 2013

Contracorriente

A veces es duro darse cuenta, que la única razón para seguir en este mundo, es no querer hacer daño a las personas que quiero. Sobretodo familiares. El resto al fin y al cabo lo superarían. Les marcaría. Les cambiaría la vida. Pero no sería lo mismo que hacerle eso a mi madre. A mi abuela. A mi tío. A mis tías. A mi gato... Es absurdo, pero hoy en día mi gato también me preocupa hasta ese extremo. Tengo miedo de qué le pasaría si yo no estuviese. Creo que eso es algo que tendría que hacer obligadamente antes de desaparecer.

No quiero pensar que la solución a todos mis problemas es encontrar un amor correspondido en una bonita historia de parejas junrándose amor eterno. No soy estúpida, los cuentos de hadas, tal cual, no existen. Pero es cierto, que tengo ejemplos cercanos, en los que veo que cuando de verdad estás enamorada y feliz con esa persona que después de cuarenta y pico años por fin has visto en tu vida... Los mismos problemas que se tenían antes, o incluso más, se llevan de otra manera. Hasta la salud mejora. Y se vive en un constante mundo rosa con arco iris y la vida y la existencia por fin cobran sentido.

Me pasaría eso a mí? O una vez conseguido eso... Volvería a notar que nada de todo esto tiene sentido alguno? Pensaré de repente que he nacido para algo, que no fui un terrible error de la naturaleza y una fatal decisión hecha por una niña de quince años a quien arranque la vida al tomar la mía? Cobraría sentido todo por querer y ser querida? Y aún así... Y incluso, aún perdonándome a mi misma por haber nacido... Qué sentido tiene esto? Y me refiero a todo. Todo. TODO.

Ya no le veo sentido a nada, mis porques se quedan cortos, se alejan cada vez más de mis POR QUÉS cada día más grandes...

No sé qué clase de ayuda va a poder darme un psicólogo, un psiquiatra, o quien sea. No sé qué herramientas va a darme para buscarle un sentido a todo esto... O quizás sólo me ayude a encauzarme de nuevo en este río, moverme con la corriente, fingiendo otra vez que tengo ilusiones, esperanzas, grandes metas de futuro, o pequeñas... Y que sigo viva por algo más que por unas pocas personas ligadas a mí por sangre y por el dolor que les causaría mi cese de esta existencia. Pero me asusta, me asusta mucho, que llegue un día, en el que deje de importarme tanto eso, en el que todavía siga pensando igual, y entonces ese día... No tengo ni idea de lo que pasará, pero sé seguro, que haga lo que haga, seguiré nadando contra corriente.

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